Cartas de lectores

Todavía cuesta creer y aceptar lo ocurrido en un edificio de nueve pisos del macrocentro de Rosario. Parece un sueño, una pesadilla; pero es una realidad inexorable, muy triste. Sucedió por un escape de gas que un gasista matriculado no pudo o no supo solucionar, algo impensable si se tuviesen en cuenta determinados factores importantes como la coordinación, organización de quienes deben brindar respuestas inmediatas de acuerdo a la gravedad del caso. Tras el horror, la pérdida de vidas humanas y de sus pertenencias, el silencio, el dolor, la angustia, la tristeza se apodera de mucha gente que no encuentra explicación a esta catástrofe. Se asegura que algunos habían avisado de la existencia de problemas con el servicio de gas. Los reclamos, al parecer, fueron desoídos, minimizados por quienes deben controlar que todo esté en condiciones apropiadas. A veces, por hacer caso omiso a las advertencias de la gente se obtienen resultados lapidarios para muchos seres humanos. Frente a esta catástrofe, que caló hondo en el orden nacional y también mundial, por qué no analizar ciertas situaciones que podrían prevenir episodios lamentables como estos. Los gasistas, por ejemplo, dejan en Litoral Gas sus datos personales y constancias de idoneidad para realizar sus trabajos respectivos. Ahora bien, ¿alcanza con acreditar en Litoral Gas los cursos o los títulos obtenidos? ¿Y si, de ahora en más, se los evalúa en la mencionada empresa con el fin de saber el nivel de conocimiento sobre el oficio que ejercen, sea en obras o en viviendas particulares? No sería descabellado tomar exámenes periódicos teórico-prácticos. Esto, complementariamente a lo que realiza Litoral Gas, es decir enviar a personal competente para supervisar las tareas que llevó a cabo un gasista matriculado. Es verdad que hay establecimientos de enseñanza que forman a los futuros gasistas, pero habría que analizar si esto es suficiente. Ojalá, la Justicia ponga las cosas en su lugar, actúe en consecuencia. Los responsables del hecho deben pagar un precio alto sea cual fuere el inconveniente que derivó en esta tragedia.

Ya es tiempo de "hacer justicia"; si no sabemos o no podemos, al menos, imitemos a las autoridades de Santiago del Estero. "La Justicia Municipal de Faltas de Santiago del Estero condenó hoy a pagar multas de $1.000 a los padres de siete menores de edad que fueron encontrados alcoholizados en una discoteca de la capital provincial", dice la crónica periodística. La tarea del educador, tanto de padres como profesor, es hacer que el adolescente tenga conciencia del gran valor de su libertad y guiar a los jóvenes que en sus hogares no encuentran límites y se alcoholizan. Debemos poner freno a graves episodios que vive nuestra juventud, principalmente los fines de semana, donde el alcohol hace estragos. Los padres  sancionados "no ejercieron obligaciones en cuanto a los límites de sus hijos en actos prohibidos".                                            

Hay una crisis de valores, generada por la pobreza, la marginalidad, el desempleo, la drogadicción, el alcoholismo, la corrupción, la pérdida de identidad y de confianza. Se necesita de un orden, que consiste en hacer posible que cada integrante de una comunidad pueda alcanzar su condición de persona, mediante la convivencia en una sociedad.

"Los corruptos son el Anticristo", dijo el Papa. Dichosos los del infierno, tienen sólo uno.

Es muy claro el editorial de LA GACETA sobre los basurales (8/8), la suciedad genera y alimenta enfermedades. Es por eso que, aunque desde el centro no se vea ni publicite, los vecinos de calle Lavaisse al 800 solicitamos desde hace años que se entube el canal que corre por allí y bautizamos: "San Cayetano II", porque cobija basura, alimañas, alacranes y ratas. Con sus aguas servidas y mosquitos, es un peligroso foco infeccioso de enfermedades que se pueden evitar; ojalá no tengamos nunca que lamentar. Desafortunadamente, la obra de entubamiento que este año había comenzado solo avanzó dos cuadras y quedó paralizada.

Es una pena que en tantos años la ciudad no pueda contar con una peatonal Mendoza moderna, digna, de la cual podamos sentirnos orgullosos. Tal vez haya que esperar su reencarnación urbana para que ello acontezca.

La sociedad estigmatizada por la violencia no tiene tregua. Las frecuentes agresiones dan los signos de la magnitud de tal problemática en la que se debería enfocar mayor atención. Desde el hogar, la escuela y calles de nuestra ciudad por donde caminan con el mayor desparpajo algunas adolescentes provocando e incentivando a la pelea. Son populares entre una  franja de adolescentes y por las redes sociales algunas posan armadas demostrando una personalidad alienada vaya a saber por qué causas. Parecen ser de pandillas urbanas, las mismas que ya asaltaron a otras estudiantes. Los directivos de los establecimientos escolares tienen que  investigar quiénes son esas alumnas con actitudes que generan problemas en el propio entorno en el que se desenvuelven creando temor en jóvenes ante la posibilidad de ser  lesionadas. La irresponsabilidad e inconsciencia de esas menores dañan seriamente el prestigio institucional, directivo y docente. Se precisan medidas urgentes. ¡Basta de bullying! ¡Basta de agresiones! ¡Basta de mirar para otro lado! Algo se debe hacer para que modelos chabacanos no desplacen las buenas costumbres, el don de gente, la educación. Esas semillas de maldad no deben diseminarse por lo que sugiero ahondar la mirada para individualizarlas y corregirlas. Dos lúcidas cartas en esta sección (Dante Diambra e Hilda Ponce) llaman a la reflexión de quienes tienen parte de responsabilidad. La dura realidad que sufrimos actualmente, donde todo es un encadenamiento que lleva a desconocer límites en cualquier aspecto. Se pregunta el lector Diambra: "¿Por qué el Estado, ese deficiente y mentiroso tutor de todos no intervienen  en este problema de profundo impacto en la comunidad?" (en referencia a programas televisivos) y la lectora Ponce: "No sólo el  alumno tiene derechos, sino también el docente que además necesita tener la certeza que desde la política educativa se lo hará respetar como referente fundamental de una tarea que se está convirtiendo en titánica…" Es tiempo de una mirada más abarcativa  por el bien, el presente y el futuro de la juventud y toda la sociedad tucumana.

Muchos candidatos para las PASO que viven la realidad del país manifiestan entre sus propuestas, que el 82% móvil debe hacerse efectivo para los jubilados y será prioridad en su trabajo como diputado nacional. Sólo uno declara que percibiría un sueldo igual al que debiera ganar un argentino para vivir dignamente. El pueblo les paga y yo, quiero saber qué pretensiones al respecto tienen los demás que no lo han declarado. Además qué días y horarios irán a trabajar imaginando que lo harán de lunes a viernes para no perder en el horario asignado el presentismo como nos sucede a los trabajadores comunes. También sugiero que quienes eligieron trabajar en Buenos Aires, lo que les produce desarraigo, dolor, eliminen ese ítems porque la elección ha sido libre y tiene un costo. ¿Qué medio de transporte usarán en una emergencia? ¿Colectivo? ¿Tren? ¿Auto? ¿Avión clase económica? Yo ajusto mi  vida a la realidad, como no dudo lo harán quienes dicen que serán nuestros representantes. Los pesos para los teléfonos móviles también salen de mi billetera. Acepto asesores para temas de importancia nacional porque los considero capacitados intelectualmente para ocupar cargos tan relevantes. La franciscomanía llegó con su arrolladora fuerza interior sin necesitar poder ni fueros, invitándonos a desterrar soberbias y arrogancias con su ejemplo. Vivir la realidad. No aislarnos y compartirlo todo. Vale para el próximo domingo y para octubre.

Causa angustia, estupor, desazón, escuchar a personas mayores, decir "roban pero hacen", a jóvenes expresar "qué me importa que roben y hagan lo que quieran mientras me den la 'nebu' (netbook)" y a un adolescente lanzar una pregunta incómoda al juez federal Daniel Bejas "¿Y dónde dan el bolsón?" Para qué hablar de barras bravas, punteros, "militantes"  y otras lacras; tampoco de los dislates en la economía, el gasto público y los aparatos electorales del oficialismo que se financian sin ningún pudor ni vergüenza, no con los dineros de los dirigentes o del partido, sino con la caja del Estado. Lo grave de esta práctica, es que los mayoritarios porcentajes de votos que se obtienen "en el libre y democrático ejercicio de elegir gobernantes y legisladores" son usados para respaldar y justificar todo tipo de desmanes. Evidentemente, parece que todos estos fenómenos (personajes y quehaceres) son la norma de elevada repetición, bien aprovechados por los "benefactores" de turno. No se encuentra por ningún lado la honestidad en dichos y hechos. ¿Hay solución, si la putrefacción viene desde arriba?

La ex plaza Rivadavia, emplazada, frente al Hospital de Niños, se encuentra muy descuidada y sin el busto sobre el prócer que hizo don Juan Carlos Iramain, seguramente el escultor más importante de Tucumán. La caminería está bastante destruida, A menudo se ven vidrios de botellas esparcidos por el piso, así como envases de tetra brik. Últimamente, hay gente que enciende fogatas. Parece que las autoridades municipales no caminan por allí. 

Las cartas para esta sección deben tener un máximo de 200 palabras, en caso contrario serán sintetizadas. Deberán ser entregadas en Mendoza 654 o en cualquiera de nuestras corresponsalías haciendo constar nombre y domicilio del remitente. El portador deberá concurrir con su documento de identidad. También podrán ser enviadas por e-mail a: cartasaldirector@lagaceta.com.ar,  consignando domicilio real y N° de teléfono y de documento de identidad. LA GACETA se reserva el derecho de publicación.